samedi 8 octobre 2011

No puede ser


Con Estrella en el café Gijon
al lado de la Feria del Libro




El libro de la Feria
(proyecto)

Manuel Montero



¿Escribir en español? Ni siquiera tengo un corrector ortográfico para eso en el ordenador, voy "al abandono"... Con decirles que tengo que manipular el programa para que no me salga todo en rojo, por no ser francés... Y que en estas primeras frases me llaman para limpiar la habitación y tengo que suplicar casi que me dejen un poco de tiempo, con un no sé qué de culpa y de vergüenza al decir que "estoy trabajando". ¿Qué hace un ocioso como yo trabajando? No se pueden figurar lo escandaloso que puede ser y lo perdido que me siento y lo insensato y la sensación, al escribir, si no de boca pastosa, sí de dedos entumecidos, como en el frío pupitre en que se gestaron mis primeras incomodidades.

Por amistad. Pues no sé, francamente. Por amistad lo más sensato por momentos llega a parecerme, al contrario, seguir escribiendo en francés, mantener en modo silencioso el español. La amistad necesita tantos cuidados y yo nunca estoy seguro, como me pasa con los geranios, de si la dejé secarse en una de esas, o de si voy a pasarme cuando me da por mostrar interés, con la regadera en un momento de engañosa lucidez frente a la hermética maceta en mitad de la noche, como en mis llamadas telefónicas a destiempo o en el azar que me ha traído cerca de unos cuantos amigos a esta habitación del Ritz de Madrid.

Para los amigos yo no entiendo otra cosa que pintarlos o escribir a cuatro manos. Tener un proyecto en marcha. Quizás ésa es mi tentativa esta tarde, encontrar un sentido fraternal a mi lengua que la falta de práctica ha apelmazado, tener algo de que hablar. Le he estado dando vueltas. Son pocos amigos. Casi diría que por suerte. Buscaba temas o una nebulosa de coincidencias con la que sentir que tengo algo que decir en un libro en español, otra vez, pero con todo ya tan cambiado, con un fondo de cuarentena vital y de haber entrado en el terreno de lo irremediable. Temas que me trabajan, y que trabajan para bien, mi estado de agotamiento complicado de explicar me los presenta embrionarios todos, de delicada maduración, y además no puedo traerlos a colación ninguno de los que realmente me interesan sin que parezca que los arrastro por los pelos.

Sería fácil centrarme en mi vocación de pintor, seguir haciendo de ello un principio de realidad, pero ya les iré explicando...

Como dijera con condescendencia convenida y forzada Gérard de Nerval a propósito de las novelas autobiográficas de Restif de la Bretonne, el autor se convertía, en la precipitación de un tiempo en que todo era urgente y en que la sociedad se estaba rompiendo, en un "dios para sí mismo", o en el fundador de una religión unipersonal, o algo así. Ese sambenito que Nerval aplica dulcemente a Restif, sabiendo que se lo podría aplicar a sí mismo, los franceses, que andan en mi opinión "de capa caída" intelectual y mentalmente, lo llaman con un gusto bastante discutible "nombrilisme" y es casi la única palabra que tienen para poner pulgar bajo a una novela que no sea conveniente. Un informe anónimo emitido por el Centre National du Livre, utilizaba esa palabra a propósito de mis diarios de pintor editados en español en París, para justificar su exclusión de un programa de ayudas a la traducción. De ahí que yo, sabiendo que mi público "real" sólo podía ser parisino, cortase por lo sano y a partir de entonces escribiese directamente en francés.

En estas circunstancias, hay mucho de sacrificio y de renuncia en un posible repliegue sobre mi propia lengua española, hoy por hoy. Mi sensación es que tengo menos que decir, que lo que digo toma tintes más graves, y que además no me va a leer prácticamente nadie. Mi pareja lee a veces lo que escribo en francés, porque compartimos esa lengua, y un poco en español, pero a regañadientes y en el último momento, cuando hay una publicación "en papel" inminente. Y mis amigos... bueno, haría falta que empezase por leerlos yo a ellos. Nos leemos los unos a los otros tan de higos a brevas, que dudo que aparte de ellos exista alguien más para seguir el hilo del laberinto en el que voy a internarme. El español es una lengua tan difícil de cocinar que los invitados a esta última cena no tendrían ni que excusarse por no asistir, quedando por descontado que no es de recibo disculparse conmigo. Si se me ocurriese hacer una estadística, podría al menos enorgullecerme de que tengo la libertad que otorga la soledad más segura.

Bueno, parece con todos estos prolegómenos que los estoy a ustedes sometiendo a una especie de "cura de aburrimiento", como le digo a mi hijo cuando le castigo sin video-juegos. Venga, ánimo, hablemos de ideas nuevas. Hay cosas divertidas en literatura, en filosofía incluso. Figúrense que cuando le hablé del tiempo que pasaba escribiendo aquí, sin contrapartida aparente, mi hijo me dijo que, o bien ponía publicidad para hacer entrar un poco de dinero, o que si no, que hiciese pagar una suscripción por leer el blog, cuando le dije que el blog era una obra de arte en sí mismo. "Pues eso, como un museo, papá, una entrada, si quieren tener acceso a lo que tanto trabajo y tanto tiempo te supone." Divino optimismo, quizás merezca la pena, por la fuerza de la vida, asumir una nueva decepción. Sin decepción, no estaríamos vivos, sin decepción sería el fin. Qué concepto... el blog como museo...

Hoy pongo en línea una foto con Estrella Iglesias, quien me invitaba a visitarla en Boston. Nuestra casa es vuestra casa y todas esas cosas que se dicen para cerrar una "quedada". Le dije que para eso, ya puestos, que sería mejor que fuese desde Harvard que viniese la cosa. La universidad, Chiqui, de algo tiene que servir. Que yo podría viajar a verla si me invitaban a dar una conferencia. Me dice muy extrañada que cómo voy a dar una conferencia si soy pintor. Le digo : se ve que no me conoces. Y ella me dice, "claro, hijo, es que tú no eres conocido". Pero transparente, vaya si soy transparente...


No puede ser y no puede ser, ya lo he dicho.

4 commentaires:

estrella a dit…

Ay! Manuel, has simplificado una conversación de semáforo. Tú estabas a punto de cruzarlo.

Yo no enseño en Harvard y donde enseño el departamento invita a escritores (departamento de lenguas y literatura) serías invitado como escritor si tienes algo que decir que les interese...y para eso hay un comité que lo decide con un año de adelanto. Pagan poquísimo… C’est la vie!

Elvira exiliada a dit…

Bonita fotografía, MM. Estáis muy favorecidos ambos. Señal de que había buena armonía esa tarde entre los dos. Lo de pernoctar en el hotel Ritz ¿es algo que frecuentas? Yo tendría que atracar un banco para poder hacer algo así, amigo. Ojala hubiera coincidido contigo en Madrid.

Han matado a un poeta a dit…

Lo de pernoctar en el hotel Ritz ¿es algo que frecuentas?

Elvira a dit…

No debiera Vd. sufrir por bromas dichas con cariño, MM. La vida ya es dura como para endurecerla más. Valete.