vendredi 22 octobre 2010
De viejo a joven
De viejo a joven
(partitura)
¿Quiénes podrán comprender
esos caprichos del viejo?
Lágrimas hechas espejo
donde se puede aprender.
¿Quiénes suben en mi sangre?
Los suspiros y el cansancio
del rojo judío errante
o un Raffaelo Sanzio.
Ojo profundo de cante,
¿en la perfecta mujer
quiénes podrán comprender
que es de sangre plateada,
su doble llanto? Fantástica
la lluvia de oro al fin
digna hermana de "Apolo"
en la arena del cielo
canción de colorín.
Suenan trompetas de toros
plumas de Santa Teresa,
es tu rostro, en la reja.
Te llevo a los sicomoros,
te quedas en tus demoras,
me emborracho de horas
sicomoros solitarios
que nunca habré yo visto
¿quién lo podrá hentender?
la hache que me henfuma
la Afrodita de la espuma
el ángel epidérmico.
Fausto y su demonio,
acaso un Antonio,
según me dijo la vidente.
La tienes enfrente
y ella quiere salvarte,
aprovecha, viejo verde,
el efecto del estramonio.
Cuando la pintura habla con los vulnerables,
cuando se interrumpe la juventud con una imagen choque,
tengo un cobarde vencejo atado con cables
al fetiche de la primavera, una Espera,
una Paciencia, una Eva, una Lidia, una reina cualquiera
que en la moqueta busca el sofá de mi enroque.
Mefisto es el único dios que conoce Fausto,
¿qué culpa tiene el olvido de no Hacordarse?
Vencejo cobarde es alma de mi estatua
siempre femenino y untado de esperma,
siempre fetichista de hoy o de antaño
porque a lo largo del año es fatua la pintura
si no habla con los vulnerables,
con los pechos en mosaico de Artemisa Efesia,
con los ciervos muertos y con los perros irritables,
con la tersura del paño de un pubis intuido.
Con el latido de vencejo
corazón viejo pa servir
viniste ha verme morir
y en tu llanto hubo grazejo.
*
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