jeudi 19 mai 2011

proyecto con Claudia Gochicoa (happening)


collage, Manuel Montero, 2007


Se trataba de poner en cuestión el gesto callejero, la lucha que opone, bien antes que al rico y al pobre, al hombre que tiene miedo frente al que no lo tiene. Era también cuestión de la ley y de la geometría que nos hacen pagar por ocupar el espacio, por establecer cualquier tipo de dialéctica con lo femenino y con la naturaleza. Hablábamos de eso.

¿No piensas que en un happening como lo que pensamos lo único que debería integrar el circuito del arte : galería, vídeo, texto o conferencia, serían las reflexiones veladas, los ejercicios de memoria o a lo sumo los objetos alterados por los olvidados? O sea el post-happening.

Sí, buena idea... claro

En la medida en que el happening, al contrario que la performance, es una transgresión que tiene lugar en lo real.

Eso es lo interesante. Curioso, también se le llama acción al happening.

Chica, eso es prestigio "retro". Hay que explicar el valor de resistencia de la acción, en este paraíso de mermelada (como decía Lía Guerrero). ¿Qué tal invitar a la "gente" a intervenir emocionalmente sobre el pelele de Judas, como los tarahumaras?

Estoy de acuerdo en reconocer el valor de las acciones de resistencia cotidiana. Manuel, voy a desconectar : estoy exhausta de tanta emoción hoy. Mañana más.

*

Tomando conciencia, en un simple paseo por el Barrio Latino, donde tanto se movió en mayo del 68, de la impotencia en que estamos para volver a la práctica del happening,

decidí :

comunicar a Claudia para reflexión ciertos nuevos conceptos que me sugería el estado ambiente

proponer a Claudia el trabajo a distancia en este blog

lo cual supone :

que esta entrada será lugar de deliberación (un nuevo trans-blog pero específico)

que esta entrada está abierta a futuras publicaciones de Claudia Gochicoa en el cuerpo del texto y de los que quieran participar en el espacio de comentarios

lista de conceptos a debate :

La debilidad en la que nos pone esta necesidad de anestesia para vivir una sociedad perversa

véanse si no los que van en el metro con la música en los auriculares como si estuvieran bajo perfusión, recibiendo gota a gota un trato propio de un hospital y no de la calle

véanse los porcentajes de gente que se pone realmente bajo tratamiento (estar "agitado¨duele)

véanse los carteles del autobús en Paris que son casi victorianos (¨si su conversación privada la escuchan las demás personas, ya no es privada¨) y que moralizan sobre prácticas subjetivas que no debieran nunca ser normalizadas de ese modo

la posibilidad de un uso revolucionario de la inercia en la transformación del gesto social

*

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