samedi 28 août 2010
a unas rosas
(A un ramo de rosas)
Os traje del prosaico cubo del mercado
y desperté a mi concubina antes de su partida
ahora ella suena lejana en su mansión provincial
Bizancio de carne esencial su ausencia en vuestra belleza
y yo veo mi sangre caer en vuestro rendido cansancio
frente al espejo cubrís de tristeza nueva
la vieja alegría que tanto sedujo
no dibujé ese primer instante ocupado de perfume
dibujo ahora el torso retorcido de esa muerte
que se viste y se seca en el mismo carmín
de un beso olvidado en el espejo
la rosa no presume ya
la vejez veloz su cuento está cantando
desierto jardín perplejo y dibujo de mi suerte claudicando.
...
El avaro demonio se reserva para el destierro
mientras yo despertaba a las montañas
tú te bañabas en la porcelana del destino
yo desconocía el camino y las legañas
rojas del amor las encerraba en la inversa reserva del estramonio
era muy pronto y yo detestaba las rosas y convulso de contino
a las montañas despertaba con corazón de hierro
el demonio es muy raro y me espera
para hablarme de ti al final donde todo se acaba
...
(otras rosas)
...
Y allí se acaban
Las citas con libro
Y las mujeres. Derivo
En una huerta-jardín abandonada
Los perros de piedra son su entrada
Y en la pared de plantas el torso de Jesucristo
Es sin miembros un raro primate
De gastado metal y deleznable.
Raro placer en el calor y la ceniza,
El vuelo ínfimo de un pájaro doméstico
Que viene a picar miga y mira de reojo,
Son los primeros noventa, aislamiento
De la psicosis y errores incomprensibles:
Ni al árbol, que es tullido, ni a la fuente seca
Les puedo dedicar suspiro.
Los humores se decantan en humores resecos
Del cuadro de figuras de mal gusto que tanto
Gusto da pintar fumando noche.
Empujo la puerta, y otra puerta, abro con llave.
El entendimiento secreto me ha provisto rutina,
Todo es cocina, todo es ella y su pintura. Sabe tú
Que después de tanto noventa
Las mujeres, múltiples y agónicas como la existencia,
Continuas,
Regresan montadas en cisnes de zinc y alpaca,
Montadas en toros de papel de estraza, montadas en violines,
En teclados de formica y marfil, en dioses indios
De bocas abiertas y locomoción tetrapodal.
...
El loco y el escarabajo, el niño
Y la mujer ¿qué lugar ocupo
En la revolución?
La verde fotocopia
De la verde verdad
Salía en la pequeña pantalla de la pesadilla
Con mi cara prisionera, y amarilla,
Mis ojeras,
Y tenía
Bigotito, pero el pelo de dormir. Gritaba
¡Propaganda!
Todo contacto era ser reconocido.
Me dejaban salir
Y vagaba esperando otro escándalo.
Los anarquistas corrían en las grandes calles,
Combatían los furgones con cáscaras
De plátano, y pieles de tomate.
Eran ingleses, norteamericanos, bárbaros.
Para el pueblo la cocina colectiva
Había dejado en las fuentes públicas
Ensaladas de tomate y guacamole,
Yo inclinaba mi jeta
Pensando el calambur de comer ensalada
En la calle,
De la fuente.
...
Como una imagen del fuego
La abierta flor del entendimiento
Entre los sexos y los rostros,
De pétalo de negro nácar, de oro
La corona, la margarita,
La abierta flor de este abrazo
Entre los sexos y los rostros,
La rosa luminosa y liviana,
Espuma y rizo marino en un ombligo
Es toda rosa luminosa y liviana,
Como una imagen del fuego.
...
Pintalabios rosa sobre rastros de vino tinto,
Gemidos apáticos,
Miles de rosas me asfixian con colonia.
No muere la rosa,
Se muere el hombre
Que como macho ingenuo quiso conservarla
Cabalgándola,
Y haciéndole chantaje
A la aurora.
...
Rosa blanca y pecosa
Deja que me consagre al perfume
Y al ritual de tu lágrima barrosa.
A la luz de las bujías
Los senos pintados
Son infracciones soñadas, son puro futuro.
Encima del piano los dos pechos desnudos
De la madre, no de otra, o de ninguna,
Son una quimera pintada con sangre.
En alguna parte del calor
La fuente grisácea y agusanada emite sus consonancias
De rosas grises, invisible color,
grosería imperdonada de los días.
Sin más sonido ni proximidad
Que el bombeo del café en lo irrisorio de la medianoche,
Una rosa delicada de hueso ha pensado ladridos.
Son sus hojas de lija y su fragancia es humo,
Es una muchacha feroz que no desea nada suave.
Hoy desconozco las flores de la púrpura diurna.
Los aparatos encendidos como muros
de zarza me separan de tu voz.
Eres el rostro que me dice “espera”,
Y mi mente no concuerda.
Eres una especie de rosa.
...
(acompañado de un dibujo a lápiz del autor)
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4 commentaires:
De las flores, la rosa es la que menos me atrae. Sera por la sobrecarga de estereotipos que lleva la pobrecita.
La estrella, entonces, es enemiga de la rosa ?
La estrella debe de estar tan aburrida como la rosa, no le faltan lugares comunes tampoco.
No hay memoria sin esas cosas.
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