Como una imagen del fuego
La abierta flor del entendimiento
Entre los sexos y los rostros,
De pétalo de negro nácar, de oro
La corona, la margarita,
La abierta flor de este abrazo
Entre los sexos y los rostros,
La rosa luminosa y liviana,
Espuma y rizo marino en un ombligo
Es toda rosa luminosa y liviana,
Como una imagen del fuego.
Rosa blanca y pecosa
Deja que me consagre al perfume
Y al ritual de tu lágrima barrosa.
A la luz de las bujías
Los senos pintados
Son infracciones soñadas, son puro futuro.
Encima del piano los dos pechos desnudos
De la madre, no de otra, o de ninguna,
Son una quimera pintada con sangre.
En alguna parte del calor
La fuente grisácea y agusanada emite sus consonancias
De rosas grises, invisible color,
grosería imperdonada de los días.
Sin más sonido ni proximidad
Que el bombeo del café en lo irrisorio de la medianoche,
Una rosa delicada de hueso ha pensado ladridos.
Son sus hojas de lija y su fragancia es humo,
Es una muchacha feroz que no desea nada suave.
Hoy desconozco las flores de la púrpura diurna.
Los aparatos encendidos como muros
de zarza me separan de tu voz.
Eres el rostro que me dice “espera”,
Y mi mente no concuerda.
Eres una especie de rosa.
lundi 8 juin 2009
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