mardi 2 février 2010
ciudad secreta
Las costumbres de la vieja aldea
donde pasé mi juventud, Granada,
me dan caza en la venación nocturna
de los desposorios entre Cleopatra y la víbora
de los cambios de lenguaje entre los dos mundos
del tono severo de los ángeles barbudos
que me esperan en el parisino purgatorio de no saber ser.
Las costumbres mejorables y fatídicas del reo
que se tragan las sombras de su propio interior
me dan caza en la venación nocturna.
...
Giramos solamente en torno a cuatro o cinco
usadas, confusas metáforas en el círculo
que describe la vejez y la infancia, el todo
de lo que habríamos podido aprender,
Barcelona nos mostró su mar y sus dientes.
.
Con el movimiento circular de nuestra intestinal persistencia
somos doctores y autoridad de nuestra mala memoria.
Para una insignificancia nos hemos hecho poetas,
o sea, para rematar la palpitante palabra que nos inquieta,
para repetir el tiro primero de una pólvora antigua,
para la púrpura de nuestro hijo saliendo al mundo en lágrimas animales.
La ciudad secreta nos sugiere su modo
su suspiro de sapo es regreso y manera.
.
Y yo, yo solo solamente presiento
el viento que arrastra en el cieno celeste las rubias metáforas
de una guerra entre los elementos que produce la grisalla
histórica en su simbólica batalla con un dios violento.
He visto fotografías de cientos de multitudes
y recuerdo uno a uno los gestos
y los insensatos poemas de Safo,
la maldición femenina me extravía,
la peste y la danza macabra son la gran imagen de estilo
y en el hilo de mi carrera se anuncia la esfera.
.
Espera ahora, Caronte, espera
que termine de desbaratar y mi ruina
llegue a conocerse bajo el suelo
en el pueblo de amazónicas hormigas que rezan por mí,
las archidemonesas hirvientes y sedientas
con las que mi risa brillará sin vestigio
en el invisible prodigio de mi ausencia.
Espera que eche a los perros la tierra
natal que no me bendijo
y a mi hijo le deje la conciencia blanca y los nervios de hierro.
A tiempo estoy de quemar en un beso
a Cristo mismo y a sus dioses adjuntos :
los apóstoles son sólo puntos
de mi negro designio y mi histriónico destierro,
sus nombres son la cáscara de la nave de los locos,
y a justo título, Caronte, se los lleva la risa.
Por toda conciencia en la silla
me espera una camisa,
misa anochecida del fondo del invierno,
este mes de febrero en que ya nada espero.
Barcelona, llegada de Caronte con crin de serpientes.
.
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5 commentaires:
Hombre, MM, no me deje sin saber... ¿Le ha enfadado mi comentario? Lo siento; no fue mi intención molestar.
¿Ya ha leído "La variedad del mundo", de IGL?
Ay, Elvi, qué monótono me siento. No tengo concentración para leer ni para pintar. Se me va toda la saliva en correr detrás de la musa lírica, que en realidad no existe, porque la verdadera musa es la realidad y no nos pide tanto poema, sino estar aquí y ahora (condición para leer, por ejemplo, y pintar). De lo cual puede usted deducir fácilmente que no le sigo la pista a Ignacio en sus últimas publicaciones, aunque me suena que iba a escribir hace tiempo sobre Nápoles. ¿Van por ahí los tiros?
Aún no lo sé: espero la llegada del libro. Sé lo dificil que es, a veces, estar aquí y ahora, como dice. Intento aprender a hacerlo con meditación, aunque llevo tiempo sin practicar. Lo haré esta noche antes de dormir.
Le he puesto cosas sobre lo de IGL en la anterior entrada, creo.
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