*
*
Un sol de oro entra por el techo :
no soy virgen, parece gemir
la Tierra, desanimada
frente al súbito despertar de esta primavera ;
yo abro mi cuerpo como la granada,
parece gemir tan joven en el lecho.
Las rocas de su cuerpo en el desierto y en la bruma:
la vida exhibida y el fantasma disuelto
cuando el aire se fuma la zarza feliz del desacierto.
Tiradas, tiradas están las semillas
de la hembra sobre la pulpa de mi lengua,
sobre el alto valor de cualquier otro paraíso.
Y vengo nada mas que para eso,
y para que se pare ella ;
miel de fuego :
luego brota, trota y pare.
Nupcias de luz y de instantes :
los paseantes se desnudan en el tiempo,
se escribe sola la mitologia
como sola se encuentra la descripción del tapir
o del orgasmo, y siempre la primera.
Inscription à :
Publier les commentaires (Atom)
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire