mardi 16 mars 2010

Lo importante (dibujos de Raul G.Reyes)



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A mi profesor Juan Cabrera, con el que yo tenía un trato confidente y algo familiar, yo le repetía que la obra de Raúl G. Reyes era IMPORTANTE. El se irritaba del aire irrebatible que yo daba a mi defensa de ese compañero genial e incomprendido...

Poco sé del Raúl que sigue pintando. Recuerdo que obraba con betún de Judea para empastar y apesantar los colores de sus bodegones, herederos de Braque y Gris, pero también de Morandi e incluso de las naturalezas muertas de Balthus. Visto de otra forma se podría hablar de sus bodegones como de un cruce entre Matisse y, salvadas las distancias, Valdés Leal o el Goya del "cordero desollado" del Louvre, pasando de camino por el cloisonnement de Rouault. Recuerdo su delicado sentido de la proporción y de la composición, su capacidad demostrada para las obras de aparato. Recuerdo sus siempre excepcionales dibujos, en los que emergía un tipo de chica muy madrileña y muy de los noventa. Sus confidencias sobre la alquimia, dichas a mitad. Una traducción de la correspondencia de Sade con su mujer, entre los pocos libros que él dejaba a la vista. Su manera de citar a Catulo en latín o de cantar ópera en alemán. O los excelentes poemas de los que él parecía tener vergüenza.

Reproduzco aquí algunas de las ilustraciones que Raúl hizo en 2003 para mi novela Pleroma. Espero que ello les ponga sobre la pista de lo importante.




“En todo semejante, en todo es el mundo superior semejante a éste inferior. Hay ángeles ejecutando acciones carentes de lógica, copulaciones absurdas, hay ligaduras instituidas por la ley, de modo que el orden se mantenga, todo ello se le abre al conocimiento esclarecido como fenómenos celestes, como jerarquía del mundo de las ideas.”



Vitelio: Mira este amuleto. Es una abeja de oro, nacida por generación espontánea del cadáver de un Apis, buey sagrado de Menfis. Apis es la imagen corporal del alma de Osiris. De ahí que no sin razón cuentan en sus mitos los egipcios que el alma de Osiris es eterna e incorruptible, pero que su cuerpo frecuentemente Tifón lo desmiembra y lo hace desaparecer, y que Isis errante lo busca y lo recompone de nuevo.
En el dorso de la abeja de oro hay labrado casi imperceptiblemente un rostro humano. Mi talismán.
Vitelio: Observa ahora el olisbón. Osiris ha sido despedazado por Tifón. Isis encuentra sus restos en la boca Tanítica. Pero falta el falo, que ha sido comido por un pez llamado oxirrinco. El nuevo miembro de Osiris será de barro, fabricado por las manos de Isis.


El culo de Xantippa está lo suficientemente contorsionado (está a caballo sobre la momia) como para que se vea la base del olisbón, metido en la vagina. Por encima del culo se ven los hombros y el perfil de Xantippa, que mira hacia atrás. De todas partes, como peces voladores en la obscuridad, le caen sobre el cuerpo chorros de semen. El sonido viene de su vagina.
Comensal: Se ha oído un chasquido.
Vitelio: ¿No se habrá roto la tanagra?
Xantippa: Se me ha quedado dentro la mitad.
Putiolano: Isis ha sido fecundada y guarda ya en su matriz el embrión de Harpócrates, elevemos nuestras preces a los astros!







Pltds.: ¿Dónde vas tú, Adonis?
Fanio R.: Por un momento tuve la impresión de que tu rostro tenía colmillos retorcidos... Voy a mi domicilio, supongo que puedo volver aquí otro día...
Planetíades: Y ¿quién te da permiso para salir de aquí a esta hora?
F.R.: He pasado un buen y largo rato con Xantippa, le he pagado. He sobreentendido que ella me daba permiso...
Pltds.: De eso nada, hasta que ella no baje a confirmarlo, tú no puedes salir.
Fanio: Subo a buscarla.
Planetíades: ¡Eh! ¿Dónde vas por ahí? ¿Quién te permite subir esa escalera?
Fanio: Tú me has dicho...
Pltds.: Será posible que seas tan inicuo. ¿Ves cómo tengo el ojo?
F.R.: Rojo.
Planetíades: ¡Pues a ti te voy a poner morados los dos!
Fanio Rulo se deja caer de rodillas, se ofrece a la ira del chulo con los ojos cerrados.
Fanio Rulo: Por la muerte redentora del Cristo al que adoras, perdona mi deuda contigo, oh egipcio, judío o lo que seas.
Planetíades, agarrándole el cuello: Acabas de ponerte en el camino de comprender un misterio magno. No es otra la muerte de Cristo que la de Adonis, el consorte mortal de Echamoth. Recuerda lo que te ha sido desvelado en la hora de Sabaot, arconte de Yaldabaot, y séate permitido reposar entre los cantos de las primeras aves.
Xantippa, desde arriba: Y si Martius es el mes de Ares, Aprilis no viene de abrir, sino de apro. El dominio de este arconte en la dodécada es temible.

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