lundi 29 mars 2021

Duchess of Prunes Magic

El sustento teórico para no perder la sensibilidad animal, aparte del gran fenómeno de histeria (con la parte importante de razón de las histerias) de Félix Rodríguez de la Fuente, para mi fue un librito de divulgación del etólogo Konrad Lorentz, y mis ratos de encierro infantil (no me dejaban salir y jugar como a los otros niños del barrio) fueron ratos mirando las hormigas, lombrices, pájaros, incluso serpientes del jardín y cuidando (en detrimento de mi salud porque en invierno yo amasaba el potingue al exterior durante un largo rato, al frío) a las palomas y conejos, al gato y a la perra. Desarrollé mi propia teoría (inspirada de las consideraciones esclarecedoras de Lorentz sobre el stress animal) sobre las cautividades y sobre todo verifiqué que la ideología malthusiana de mis padres no tenía justificación ni en nombre de Darwin ni en el mío propio


aquí en París había mirlos (se oían aún el año pasado, llevo meses que no oigo ninguno) y otros pájaros, por supuesto muy de París, respecto a mis recuerdos de Andalucía, son las enormes cornejas, cuervos, y hasta gaviotas que vienen remontando el Sena. La noción de oráculo expresa una semántica en la que la temporalidad se representa por otro modo sensible


me acostumbré a negociar los tiempos y el espacio con varias generaciones de arañas peludas, que entraban por ser el taller a ras de jardín. Su lenguaje es gestual y de olor (conseguí sintonizar olores y pasar de un fraseo "veneno-putrefacto" a "ámbar y ambrosía", por medio entre otras cosas de la respiración yóguica)


la magia salomónica pues


cuando la araña estaba asustada, yo también lo estaba, y el olor que entraba al acercarse era feo, pero el de mi sudor también. Cuando nos fuimos calmando empezamos a tener un olorcillo interesante, que yo llamo "de ámbar”


una cosa de la araña, muy destacada, es su capacidad de actuar sobre la faceta visual del pensamiento, resorte asociado al acto de predación, negociar con ella es atreverse a pensar juntos... la más difícil de convencer de nada, prácticamente insobornable, es la araña de rosal


hubiese estado bien hablar aparte de con la araña con un biólogo o mejor bióloga... en realidad no. Escribí mis relaciones espirituales con la araña en varios poemas, pero ya ha sido en una época en que mis textos están dispersos y yo mismo no los encuentro fácilmente


hablábamos de poesía, de pintura, yo sometía a su aprobación mis conceptos estéticos


aunque no sé si me daba gato por liebre en realidad, derecho tendrá la pobre a ir a lo suyo


solamente dibujo mamíferos (caballos, ciervos, gatos...) porque he concluido una cierta "irrepresentabilidad visual" de una serie de animales, al menos para mí. De forma no-impositiva, por las necesidades del arte una especie de tabú totémico se ha constituído para la araña aunque una vez, sobre un cuadro importantísimo, representé una, cuando mi novia de entonces la sostenía del hilo


las enfermeras japonesas por ejemplo aparecen en sueños y no son tan diferentes de lo que estamos hablando


los gatos del tejado en el Albaicín me tomaban por testigo en sus litigios, y era muy interesante

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