vendredi 6 décembre 2019
Romances electorales de Granada
(romancero nuevo granadino, al que el autor responde con otros versos)
y progresivamente, a mi edad mediana y sombría
los latidos de la víscera mutua tuya y mía
en el frío sucio de los trayectos a través del puente
bajo el neón, sentado en plástico y con desconocidos
cruzando el periférico para dormir contigo en el extraradio
amor el cirujano había dejado cosido tu cuerpo y tu sonrisa
estaba intacta y sólo el olor de vodka recordaba
las lágrimas tragadas y las hemorragias
mi rostro quería sentir lo que quedaba de perfume
y escuchábamos música de llorar y lloraba el perro
sintiendo cuán sólo está el cielo
se me cayeron las estrellas por entre los dos ojos
mis pulmones intentaban despertar y la palabra
era estrangulada por el rezo de los primeros coches
nos habíamos quedado dormidos de cuatro a cinco
donde no hay mirlos ni pasos ni luna
durmiendo de saber la inocencia oscura
la víscera cordial alerta, la voluptad en pérdida abierta
ni siquiera el perro, ni siquiera el odio social o el frío
se comparan a las estrellas que cayeron
que nadie nos fije el día para la anarquía
a votar fui yo a Podemos, y la segunda no pude
con el voto por correo
acción directa ciudadana
de dignos, de perros, como haga falta
y que la izquierda representada acate naturalmente
a su corazón del pueblo
vivo en París, por eso voto de lejos
no es desprecio por la gente, a todos nos meten miedo
el susto que nos producen, pronuncia tendencias o vicia
el exilio es desarraigo, ser artista es jaula de oro, el alpiste lo ganamos
con pericia de tonto del pueblo, sonriendo a tonterías, pintando bello lo feo
pero a mi no me funciona el huevo si no lo rompo en un momento
si no aguanto más, anarquista
situacionista internacional para joder a los fachas
romper la ignorancia con citas, citas y besos
y en desplantes me la juego como muchos parisinos
se la juegan por respirar contra nazis resurrectos, contra porras, gases, armas
niños incluso y viejos
contra el condicionamiento
perverso de la industria humana que empuja la rueda de fuego del juego desconocido
que ya todos conocemos, trabajo como servidumbre, carroña humana el dinero
el poder de la sonrisa es el poder del amor, prisionero
del azar escrito en sueños, cuerpos, muros, libros, que es el agua de ese vuestro romancero
el romancero del Darro, chico octosílabo, ya es verso mayor casi el Genil, de puente de dos mil años, el Darro cuadra al romance y cuadra al barro del corazón por dentro
que respeten Jesús del Valle, que el monte libre siga existiendo
y no metan a nuestros padres otra vez de carniceros
ni a sus nietos, nuestros hijos, escudos humanos, de empleo
los embrutezcan mandados a entrematarse ellos
son jóvenes y esperaban algo mejor de Granada
que verla sangrar amargo y no dulce zumo fresco
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